lunes, 14 de septiembre de 2015

Un mundo sin fronteras

Las fronteras son mentales.

Cuando Dios creó el mundo, no delimitó tierras ni dijo esto es de aquellos y este otro no. La tierra nos pertenece  así como nosotros a ella.

Con qué derecho se puede determinar quien entra a un país y quién no? Quienes somos nosotros para prohibir una mejor calidad de vida para una persona?

Somos habitantes y ciudadanos del mundo entero. Las fronteras y los límites están solo en nuestra cabeza. Si lo queremos deberíamos poder ir a cualquier lugar del planeta y sentirnos como en casa, porque no sólo el lugar donde nacemos o crecemos nos pertenece; el mundo es demasiado grande para creer que el pedazo de tierra donde nacimos lo es todo.




Por qué permitimos que tantos hermanos mueran en el mar o en las fronteras?
Lo que le pasa a uno de ellos, es responsabilidad de todos! hasta cuando nos vamos a quedar inertes frente a la injusticia y la crueldad? 

Todos llevamos sangre humana, estamos hechos de lo mismo y por El mismo. Merecemos vivir una vida digna y salir a buscarla donde más creamos encontrarla.

No porque un individuo nació en determinado país merece vivir mejor que otro. Todos merecemos una vida digna y en paz y es responsabilidad de nosotros y de los gobernantes ofrecer condiciones de vida apropiadas para el bienestar individual y colectivo.

Hoy que tu puedes leer este mensaje, te has preguntado, cuántas personas en este preciso instante están intentando cruzar alguna frontera en el mundo, o peor aún muriendo en el intento?


Paulina

No hay comentarios.:

Publicar un comentario