La paz ese estado del alma tan profundo, una paz que refleja quietud, calma, agradecimiento por lo que sucede momento a momento.
Estar conscientes de lo que nos rodea, del ambiente, del sol que sale cada mañana, de la presencia de los seres queridos que elegimos sean nuestros compañeros de este andar. Conscientes también del aire que respiramos, del ruido, de los aromas y de todo lo que nos rodea.
Sentir la vida, a través de los sentidos, por lo que vemos, olemos, oímos, saboreamos y tocamos.
Desarrollar el poder de estar aquí y ahora en este preciso instante, de maravillarnos por el presente, descubrir que vale la pena vivir el momento porque pasa y no regresa y después tan sólo será un recuerdo.
Admirar la vida con todo su esplendor, con todos sus matices y colores. Sentirnos protagonistas de nuestra propia vida, descubrir que tenemos el poder de tener la vida que tanto deseamos y que cada mañana es una oportunidad para lograrlo.
Qué importa si vives poco o mucho en años, lo que verdaderamente importa es la intensidad de esos momentos, una gran enseñanza que me dejó mi amiga, el de vivir a plenitud "un día a la vez" con todo lo que venga!
Vivir, amar la vida, esta gran experiencia que nos regala Dios para descubrirnos y descubrir en los demás la divinidad.
Abrazos,
